
Nuestro compañero anarquista Nikos Romanos se encuentra en prisión preventiva, que se ha extendido a un total de 18 meses, a pesar de la falta de pruebas.
A pesar de que el fiscal recomendó su liberación, el Consejo Judicial prorrogó su detención una vez más.
En la práctica, la presunción de inocencia se ha invertido, lo que refleja un cambio más amplio hacia una justicia punitiva y visual.
Lo que se supone que es una medida excepcional —la prisión preventiva— se ha transformado en un castigo antes del juicio, carente de un proceso justo.
Ni culpables, ni inocentes.
En guerra siempre contra el sistema.




Queremos mostrar nuestra más enérgica protesta por los expedientes sancionadores abiertos por la Consejería de Economía y Empleo del Gobierno asturiano contra Radio Kras
Diferentes movimientos sociales llevan un tiempo insistiendo en el crecimiento de la escalada de represión a que son sometidos. Huelguistas, piquetes, manifestantes, twitteros, anarquistas… todos han visto aumentar la presión del Estado en forma de multas, acoso policial e incluso cárcel. A menudo no se trata tanto de acabar con quienes protestan (que también) como de conseguir que sean percibidos como entes separados de la realidad de la gente, como cuerpos extraños que deben ser vistos a modo de elementos peligrosos, sucios, de forma que es necesario proteger a la sociedad (a la ciudadanía, que se dice ahora) de su presencia, de su mera presencia. 