Ante el XII Congreso de la CNT

Los que vayais llevai una caxa aspirines”, “la formación que fai falta ye como se fai un congresu” estas cosas y otras parecidas se escucharon en el sindicato en las largas jornadas que dedicamos a tratar el XXII congreso. Un orden del día inmenso, con cientos de ponencias, muchas de ellas sin conclusiones claras, disquisiciones filosóficas que decía el viejo carnet.

¿Pero, esto fue siempre así? Preguntaban algunos. Bueno será que somos anarquistas y cada uno puede escribir y proponer lo que se le pase por la cabeza y hay que tratarlo, decían otros.

La historia está ahí y podemos consultar otros congresos. La CNT, en España, tuvo en sus primeros 68 años de vida 4 congresos. Es fácil de comprender si tenemos en cuenta que estuvo ilegalizada de 1911 a 1913, de 1923 a 1931 y de 1939 a 1975. Y el tiempo que no estuvo ilegalizada no dejo de ser perseguida con saña por patronal y gobierno.

Si tomamos el II congreso de 1918, por ejemplo, vemos que el orden del día formulado en base a preguntas aborda muchas cuestiones, pero todas ellas muy concretas:

La organización obrera ¿debe hacerse a base de sindicatos de ramos e industrias en las poblaciones de importancia y de sindicatos únicos de trabajadores en las poblaciones menos importantes?

Para que la marcha de los sindicatos obedezca a la opinión de sus componentes, ¿los individuos a sueldo en los mismos deben ser los menos posibles y sólo en casos de absoluta precisión?; además, ¿los individuos mencionados deben ser simples empleados de los sindicatos que pagan su trabajo, pertenecientes, a poder ser, a sindicato ajeno, y que nunca sean directores del sindicato u organización donde aquéllos prestan sus servicios?

¿Es conveniente la unión de todo el proletariado español en un solo organismo nacional? en caso afirmativo, ¿sobre qué bases se ha de constituir éste?

– ¿Considerando que los aumentos de los salarios traen aparejados mayores aumentos en los precios de consumo, y que, por tanto, nada cambia la situación del proletariado, ¿cree el congreso señalar nuevos derroteros en la lucha social para llegar cuanto antes a la abolición del salario?

– ¿Es conveniente usar como procedimiento de lucha el «sabotage»?

Considerando que la educación oficial que se da en las escuelas nacionales es deficiente y perniciosa y que no puede capacitar científica y libremente al proletariado, ¿cree el congreso necesario la implantación de escuelas racionalistas? en caso afirmativo, ¿se cree conveniente que sean sostenidas por los sindicatos obreros dando a los alumnos la enseñanza gratuita?

– El problema de la vivienda: medios para solucionarlo.

Se pueden consultar en internet los acuerdos en torno a cada una de estas preguntas, solo una:

Considera esta ponencia de gran necesidad el empleo del «sabotage» como arma de combate contra el capital, pero reconoce la necesidad de que éste sea ejercido inteligentemente y cuando sea preciso y oportuno.

Volvamos a nuestra realidad, ¿merecemos tener que leer y tratar ponencias que reformulan otra vez toda la normativa orgánica de la CNT? ¿De verdad hay quien, después de cambiar la proporcionalidad de votos en último congreso, propone volver a cambiarla a una que le resulta aún más beneficiosa? Hay hasta quien se ha molestado en describirnos como va a ser la revolución. A lo que se ve será en 2036, alguien dijo al tratarlo “meyor nel 34”, y consta de cuatro etapas. La primera de ellas pasa por aprobar todas las propuestas del sindicato que describe el proceso, algo así como si no se aprueba lo que yo propongo no habrá revolución en 2036. La propuesta estrella es contratar más abogados y tecnócratas que nos hagan ser mejor sindicato. Veinticuatro folios, para decir que la revolución empieza contratando más abogados. Faltar nunca nos faltó sentido del humor. Aunque sonaba mejor aquella música de la revolución no será televisada bro.

Si tuviéramos que resumir en preguntas lo que nos jugamos en este congreso podríamos resaltar, entre otras:

¿Debe ser el sindicato de cada localidad la base de la CNT o bien debemos organizar sindicatos provinciales/autonómicos y hacer de la sección sindical la base de la CNT? Si la respuesta es afirmativa ¿debe ser el comité provincial/autonómico el que se ocupe de todo lo que no incumba a la sección?
¿Deben ser asambleas, plenos y congresos quienes marquen el devenir de la CNT o debe darse más poder para que sean los comités orientados por profesionales quienes marquen el rumbo de la CNT?
¿Qué relación tienen que tener estos profesionales con la CNT?
¿Cómo y en que se debe gastar el dinero que la CNT ha recibido por la expropiación de su patrimonio tras la guerra?
¿Cómo debe actuar el sindicato ante el machismo dentro y fuera de el?
Las personas que se dedican a la prostitución, ¿pueden sindicarse en la CNT?

Algunas de estas preguntas tienen más de 100 años.

No quisiera cerrar sin dejar dos ideas que escuché en las asambleas precongresuales. Respecto a la normativa orgánica, pocas normas y claras, cuanto más sencillo mejor, ninguna normativa por completa que sea abarcará la realidad.  La otra idea viene del oeste y decía algo así como: no tomar ningún acuerdo también es tomar un acuerdo.

Que los arboles no nos impidan ver el bosque.

Salud y acierto.

Pepe Riestra