Cuatro meses de conflicto y un barrio entero, contra el acoso y el esclavismo de la pastelería La Suiza.
Aunque a estas alturas, no debe de quedar nadie en Asturias que todavía no lo sepa, no está de más insistir desde estas líneas en lo que a día de hoy, es uno de los conflictos más largos y duros a los que se enfrenta la CNT asturiana en los últimos años y sobre todo, uno de los conflictos más representativos en cuanto la lucha por la dignidad, contra la explotación y el acoso.
Lo que durante años han tenido que soportar las diferentes empleadas de la Pastelería La Suiza (Avda Schulz 180) por parte de José Álvarez, dueño la misma, constituyen unos casos de doble discriminación, a los que muchas trabajadoras están lamentablemente acostumbradas: soportar a su vez el machismo de su jefe y la explotación por parte del mismo. Dicho en otras palabras, la doble opresión de ser pobre y mujer
En el caso concreto que traemos a colación y que ha dado origen a este conflicto, una trabajadora hubo de soportar, durante casi dos años, las siguientes situaciones:
Explotación laboral: Interminables jornadas de trabajo de hasta 13 horas, con apenas un día de descanso; sin vacaciones durante dos años, realización de hasta 80 horas extras al mes de manera obligatoria y sin cobrarlas, salario muy inferior al que marcaba el convenio, etc.
Acoso laboral y sexual: comentarios vejatorios y lujuriosos sobre su ropa interior o sobre posibles apuestas sexuales a realizar, sobre el tipo de vida que podría tener la empleada si accediera a mantener relaciones sexuales, envío de imágenes pornográficas a través de WhatsApp…
Tras evaluar la situación y plantear reuniones entre la empresa y el sindicato para poner fin a la situación de explotación y acoso, la respuesta empresarial, fiel los postulados de su amado líder Mariono Rajoy, fue la usual, negándose siquiera a mantener relación con el sindicato para solucionar esta denigrante situación, rechazar en todo momento las acusaciones.
Afortunadamente, varios testigos e informes psiquiátricos y psicológicos tanto de la Seguridad Social como privados, vienen a avalar que las situación descrita es lamentablemente cierta.
El acoso como forma de vida.
Al igual que durante dos años, José Álvarez acosó a nuestra compañera, en los más de cuatro meses de conflicto laboral, su respuesta contra el sindicato ha sido similar. En todo este tiempo, tanto él como su hijo (el celebre personajillo de Youtube Pablo Álvarez Meana), se han dedicado a acosar a diferentes militantes de la CNT.
En el trabajo: compañeras de nuestro de sindicato han sido abordadas en su trabajo por estos individuos, acusándolas de “pertenecer a ETA” por solidarizarse con una compañera acosada sexualmente.
Por la calle: militantes del sindicato han sido perseguidos e insultados por las calles por José y Pablo mientras realizaban labores de información del conflicto.
Denuncias falsas: varios compañeros han sido denunciados de manera falsa por agresiones por el simple hecho de reírse de ellos mientras arrancaban carteles relativos al conflicto.
Querellas: la trabajadora acosada durante estos dos años, ha tenido que ver en las últimas semanas como era denunciada por calumnias y e injurias hasta en dos ocasiones pidiéndole en una de ella, hasta 50.000€. El sindicato también ha sido denunciado por los mismo hechos. Parece ser que los testigos, informes psiquiátricos y psicológicos con los que contamos, no hacen mella en su actitud. Hasta este punto llega su desvergüenza.
Obstrucción a la justicia: han llegado a denunciar por obstrucción a la justicia a tres compañeras por el simple hecho de intentar entrevistarse con ellos. Afortunadamente, el juzgado archivó el caso.
Papel policial: Durante todo el conflicto, los pasteleros han presumido de sus contactos en la Brigada de Información del CNP (y en el PP). Fruto de ellos están siendo las numerosas sanciones que el sindicato recibe por este conflicto, mientras en otros (u otros sindicatos en otros conflictos), no somos sancionados por las mismas causas.
Y es que sigue habiendo clases, así que ¿Qué podemos hacer?
Tanto la empresa como sus aliados, que no están siendo precisamente pocos, están ejerciendo una labor de acoso y derribo contra quienes se defienden de las injusticias y las denuncian, con pocos resultados prácticos pero tenaz y constante. Por tanto, la respuesta de Gijón y Asturias, tiene que ser similar en tenacidad y constancia. El negocio tiene que seguir vacío, las concentraciones llenas, las paredes hablando y el conjunto de la sociedad asturiana dando la espalda a los acosadores y explotadores.
Porque hoy somos nosotros pero mañana puede ser cualquier otro. Mañana puedes ser tú quien sufra el acoso y la explotación. Demos una respuesta ejemplar.