Alfonso y Raúl detenidos en Madrid en Carnaval, están acusados de delitos de enaltecimiento del terrorismo e incitación al odio a raíz de la representación de una obra de títeres en la que se veía un cartel que ponía ‘GORA ALKA-ETA’ en el marco de la escenificación de un montaje policial.
Recuerdo el día que detuvieron a mi hermano. Le llamé sobre las tres de la tarde para desearles suerte con la representación. Estaban montando el teatrino y me dijo que me llamaría por la noche para contarme cómo había ido… Nunca hizo esa llamada.
Muchos me preguntáis, y me gustaría poder contaros, lo que, a mi parecer, han sido abusos o atropellos, y lo que yo veo como derechos pisoteados en su detención, en la Audiencia, dentro de Soto del Real… Pero, evidentemente, no puedo. Lástima no vivir con la libertad de expresarme.
Uno de los días más difíciles para mí, fue el día que me enteré de que mi hermano y Raúl ingresaban en el módulo de conflictivos y en FIES. Saber que tu hermano recibirá tus cartas después de varios días o incluso semanas estando estas previamente intervenidas, saber que estarán mas aislados aún, que sus condiciones serán infinitamente peores, que nuestras visitas serán grabadas, etc…. Saber que sufrirán toda esta tortura siendo inocentes, es sencillamente desgarrador.
Los que defienden que en la obra existe enaltecimiento del terrorismo, en mi opinión, solamente pueden hacerlo desde dos posturas: la primera, desde la profunda ignorancia de la obra o la segunda, desde algún tipo de interés que les hace mentir descaradamente, siendo conscientes de dicha actuación y sus consecuencias. Yo sí vi la obra, yo sí conozco la obra de La bruja y don Cristóbal, a mí no pueden venirme con calumnias y gilipolleces.
Algunas personas se han ofendido por la violencia de una obra en la que se denuncian los desahucios, el robo de bebés por parte de las monjas, los montajes policiales y el uso interesado de la ley antiterrorista. Y yo me pregunto, ¿qué es violento o atroz? ¿Los dos trozos de tela que se pegan en un teatrino para denunciarlo o el fondo de lo que están denunciando? Quizás deberíamos preguntarnos por qué y a quién pueden ofender de una manera tan irracional estas cuestiones como para desear meter a mi hermano y a Raúl entre dos y siete años en prisión. Yo creo que si dejamos de denunciar estas atrocidades sí que seríamos culpables de “enaltecer el terrorismo”.
Hoy soy consciente de que he cambiado: han matado una parte de mí y han despertado otra. Han marcado a mi hermano, han abierto profundas heridas en nuestra familia, heridas difíciles de curar y que seguro que dejarán cicatrices. Es cierto que la vida no nos lo ha puesto fácil, pero unidos siempre hemos conseguido superar las dificultades. Hoy por suerte, nuestra familia ha crecido inmensamente. Cientos de amigos (que sois quienes nos sostenéis en muchas ocasiones), nos ayudáis con vuestro esfuerzo, tiempo y fuerza, para defender a Raúl y a mi hermano. Ojalá sea cierto que exista la justicia, que en España hay separación de poderes, que la verdad prevalece sobre los intereses, que vivimos en una sociedad madura…. Hoy dudo de ello, el tiempo dirá.
Os ruego a todos que apoyéis todas las acciones que se están haciendo y que se harán para luchar por la libertad sin cargos de mi hermano y de Raúl, para que no vuelvan a quitárnoslos, y para que mi hermano pueda devolverme las llamadas cada día.